
► LA CHICA DE LA ESTACIÓN ▼

Todas las mañanas la veo y yo presurosa saco el boleto, le dejo en su cajita las monedas del vuelto y la saludo con un "buen día ¿cómo estás?, ella me responde "bien" con su mirada triste y un poco irónica como diciendo ¿cómo querés que esté? y yo me siento un poco estúpida con mi saludo, pero no sé qué decirle, tampoco quiero dejar unas monedas e irme como si fuera algo puesto ahí para eso, siento y quiero que sepa que vale, que es una persona, que la registro.
Y así pasan los días, siempre el mismo cuadro, en el ir presuroso a mi trabajo y la gente que está atrás mío esperando sacar boleto, hace que todo gire como una calesita. Pero será como dicen que cuando uno desea algo con fuerza el universo conspira para que así sea y al fin encontré como quebrar ese "buen día, ¿cómo estás?” para pasar a preguntar "¿te gusta leer?” si. Porque hace unos días la chica estaba leyendo un libro, y eso abrió el juego. "si me gusta" me dijo "ok, te voy a traer libros".
Esa tarde con mi mamá empezamos a buscar qué libros le gustarían, mi mamá me dijo: -seguro le gustan de amor, si es una chica… y le llevé dos libros, ese día cuando saqué el boleto, me puse a un costado para que la gente que estaba atrás mío pudiera pasar y le entregué los libros. Como explicarlo, la carita se le iluminó, sonreía con la boca, con los ojos, con cada poro de su piel. Yo estaba fascinada, feliz.
Ahora sé que se llama Vanesa y ahora también sé que tenemos en común el amor a lectura.
► EL PASAJERO ▼

La mujer estaba dura, no reaccionaba, un señor se ofreció a llevarla al hospital más cercano.
El tren llegó al final de su recorrido, la gente comenzó a descender, la viejita muy viejita se quedó sentada, le avisaron que tenía que bajar, ella sonrió y dijo que ya sabía, al rato entró el muchacho de la limpieza, la viejita se levantó y con sus pies comenzó arrimarle los papeles, vasitos plásticos, el joven le sonrió y le dijo "qué pasa abuela está aburrida que me junta la basura”, siguieron conversando, la viejita estaba contenta, alguien se interesaba en ella.
Son pequeñas historias reales observadas algunas por mí, otras por Franco, en nuestro diario andar por estaciones de tren, subte y por la calles de la ciudad de Buenos Aires, nos muestran que no todo está perdido, que hay mucho de bueno para ver.
Les mando un besote,

Tía Elsa.
Tía Elsa.
Hola que lindo quedó, hace tiempo que no entraba en los blogs me gusto mucho! gracias por dejarme ser parte de bibliopeque. Besos tía Elsa.
ResponderEliminarNoooo tía, GRACIAS A VOS por animarte a participar.
ResponderEliminar¡¡¡Juntos ES Mejor (◕‿◕)!!!
Besooooooooooooooooooooos