BiBlioPequE

"Un hada
en la biblioteca"

Capítulo tres

Por Berenice

¿Se acuerdan que Ana viajó a otra ciudad para cuidar a una abuelita que está enferma?
Bueno, hoy me enteré que Ana hizo un nuevo amigo allá.
¿Y saben qué?
¡¡Ahora es nuestro cartero!!



¿Quieren que les cuente la historia? Ana me la contó a mí…

Bueno, la cosa es más o menos así: un día, después de limpiar la cocina y lavar los pisos, Ana salió al patio a caminar bajo la sombra de los frutales, mientras caminaba pensativa escuchó una voz que salía de entre las flores que se movían.
¡Ana se asustó!
-¡Hola!, dijo un diminuto hombrecito asomándose entre las flores violetas.
-¡Uh… qué mal estoy, ahora también alucino!, dijo Ana.
El duendecito se reía mientras miraba como Ana se refregaba los ojos.
-¡No Ana!, soy tan real como vos… me llamo Álvaro.
-¡Ah, hola Álvaro! ¿De dónde saliste? ¿Qué haces ahí?
-¡Uuuuh! Bueno, la verdad es que jugaba en el bosque donde vivo y, por seguir un pajarito, me perdí. Aunque… ahora que lo pienso, creo que ese pajarito me guió hasta acá.
-¿Sí? ¿Y por qué?, dijo Ana.
-Tal vez para que te saque esa tristeza, dijo el duende.
-Ah, si…¡¡Mirá vos!! ¿Y quién te dijo que estoy triste?, preguntó.
Álvaro le contestó: -¡Tus ojos! ¡Tu mirada! ¿Qué te pasa? ¿Por qué estás triste?, preguntó él.
-¡Nada! …bueno, en realidad extraño mucho a la brujita, le dijo mi hadita.
-¿Quéeeeee?, dijo el pequeño hombrecito mientras caía de cola al piso… ¿ee eees estás triste por qué extrañas a una bruja?
-¡¡Siiii, a Bere!! La brujita, ¿no la conocés? ¡Es mi amiguita! Antes la veía casi todos los días y ahora casi nunca, entonces la extraño…
Antes nos mandábamos correos y ahora cartas, pero igual la extraño. Encima el correo de acá abre 3 días a la semana y sólo de mañana, decía Ana, mientras caminaba de un lado al otro.
-¡¡Bueno, che, te voy a ayudar!! le dijo Álvaro, pero… ¡pará de dar vueltas que me mareas!
-¿Voooooos, y cómo?
-Puedo llevarle las cartas a Berenice…
-¿¿De verdad??
-¡Sí!
-¿No es una de tus travesuras, no? ¿No me estás haciendo un chiste?, preguntó Ana sonriente.
-¡Pero noooo! De verdad te digo, ¡yo llevo tus cartas!
-Sí…siiii, siiiii, decía Ana dando saltos… y enseguida invitó a Álvaro a comer unas galletitas, mientras preparaba las cartas para enviarlas.



…Hoy golpearon la puerta de mi casa, cuando mamá abrió había un chico con un sobre gordo que preguntó por mí.
-¿Y vos quién sos?, preguntó mi mamá.
¡Ah, perdón! Soy Álvaro, un amigo de Ana, y traigo una carta para Berenice, le contestó.
Me dejó la carta y se fue… luego Ana me contó la historia de cómo fue que conoció al cartero y, desde entonces, cada vez que el duende decide aparecer por el jardín de Ana, ella lo carga de cartas y regalitos para mí.

Berenice Tejada Rodríguez y Verónica Tejada
Coronel Dorrego, Buenos Aires, Argentina
Noviembre 2010

¡¡GRACIAS

BERENICE!!